Según un estudio publicado en Science Translational Medicine, el 14 de junio de 2023, la composición de las bacterias intestinales de los pacientes, que se encuentran en la fase inicial de la demencia de Alzheimer, cuando ya se han producido cambios patológicos en el cerebro pero los síntomas cognitivos todavía no se han manifestado claramente, diferirían de los sujetos sanos, a pesar de haber ingerido dietas similares. El análisis de la flora intestinal permitiría un diagnóstico precoz de aquellos sujetos que poseen un elevado riesgo de desarrollar la enfermedad y se podría diseñar tratamientos preventivos actuando sobre el microbioma intestinal. Además, el análisis de una muestra de heces es más simple, económico y menos invasivo, que los métodos empleados hoy día para el diagnóstico de la demencia de Alzheimer.
El sistema nervioso central podría influir en las bacterias intestinales y viceversa. Podría ocurrir que los cambios en las bacterias intestinales indicaran que el sujeto estaría sufriendo cambios patológicos en el cerebro. Otra alternativa sería que la flora bacteriana intestinal contribuyera en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, por lo que podría emplearse probióticos y otros medicamentos.
Referencia: https://www.science.org/doi/10.1126/scitranslmed.abo2984